El programa del Servicio de Infancia de la Diputación Foral de Bizkaia para víctimas de abuso sexual ha acompañado desde 2000 a más de 600 menores en situación de desprotección

0

La Diputación Foral de Bizkaia, a través de su Servicio de Infancia del Departamento de Acción Social, cuenta desde hace 25 años con un Programa Especializado de Valoración e Intervención Psicológica en situaciones de Abuso Sexual Infantil (ASI). El programa nació ante la creciente recepción de casos y la acuciante necesidad de ofrecer una atención específica, sensible y reparadora a menores víctimas de abuso sexual; pero también para acompañar a sus familias de origen, a las familias de acogida y al equipo profesional de los centros de acogida en el proceso de recuperación. Esta atención integral a las víctimas y a sus entornos fue entonces pionera en Euskadi y, hoy en día, es un referente a nivel estatal.

La Diputada General de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, y la diputada foral de Acción Social, Amaia Antxustegi, han celebrado hoy los 25 años del programa, destacando la evidente evolución de aquellos primeros años hasta la consolidada estructura de hoy en día. El acto se ha celebrado en la sede de la Cooperativa Agintzari, gestora del programa desde sus inicios, y ha contado con una demostración de terapia asistida con perros.

El abuso sexual infantil es una de las formas más graves y complejas de violencia hacia la infancia. En su intervención, la Diputada General ha puesto en valor el modelo de actuación y la alta especialización del programa que combina la protección, la atención terapéutica y la coordinación institucional, situando el bienestar de la persona menor en el centro de la intervención.

El Programa Especializado de Valoración e Intervención Psicológica en situaciones de Abuso Sexual Infantil trabaja actualmente con 166 casos, lo que evidencia una clara evolución ascendente con el transcurso de los años. Así, en sus inicios, se trabajaba con entre 8 y 12 casos; mientras que año tras año han ido incrementándose los expedientes: 110 en 2023;  135 en 2024, y 166 en 2025 (a día de hoy).

Tal y como ha explicado Elixabete Etxanobe, el aumento de los casos trabajados por el Servicio foral de Infancia no está relacionado con un incremento de esta violencia sexual, sino con la mejora en la detección precoz y la intervención en la primera infancia, así como con la mayor sensibilización social para romper el silencio y el estigma en torno al abuso sexual infantil.

Formación especializada

La detección precoz de las situaciones de violencia es fundamental y era uno de los principales objetivos del programa. Para ello, el equipo profesional, tanto del Servicio de Infancia de la Diputación Foral de Bizkaia como de Agintzari, acreditan un alto nivel de preparación, siendo un referente a nivel estatal.

En este sentido, la formación juega un papel fundamental en este programa. A lo largo de estos 25 años se ha formado, acompañado y orientado a más de 2.000 profesionales de Bizkaia en diferentes ámbitos como Educación, Salud, Servicios Sociales y Justicia. Y también se ha instruido en esta materia a equipos psicosociales de otras comunidades autónomas del Estado.

Además, también hay habilitado desde su origen un canal de consulta para profesionales, que ha atendido en estos años más de 1.000 casos relacionados con abuso sexual infantil.

Terapia con perros 

El acto de hoy ha contado con la intervención de la terapeuta Rosa Lizarraga y con una demostración de una novedosa terapia que ha corrido a cargo de Nekane Ibarretxe,  psicóloga especializada en la intervención asistida con perros. Ibarretxe, que ha estado acompañada de Pantxita Koko, ha puesto en valor que la pasada semana, por primera vez en Euskadi, un Juzgado vasco ha admitido la declaración de una víctima menor acompañada por sus perros de terapia. Fue la propia psicóloga con sus canes quien ha participado en el proceso judicial, abriéndose así una puerta hasta ahora cerrada en este ámbito de diligencias legales.

Las terapias con animales reducen la ansiedad y el miedo de las víctimas; favorecen la expresión emocional en menores que no logran hablar de lo ocurrido; refuerzan la autoestima y el autocontrol y facilitan el vínculo terapéutico con él o la profesional, abriendo el camino para el trabajo psicológico más profundo.

Los animales ofrecen algo esencial: una relación segura, sin juicio, sin exigencias y con una aceptación incondicional. Para muchos menores, el contacto con un perro o un caballo, también empleado en terapias por el Servicio foral de Infancia, les permite durante el proceso volver a experimentar la confianza, el cariño y la seguridad que el abuso u otros maltratos les arrebataron.