Casas prefabricadas y de madera: vivir sin ladrillos, pero con sentido

0

Una casa no es solo un techo. Es, o debería ser, una forma de habitar el mundo. Y sin embargo, durante décadas nos convencieron de que solo había una manera de construir ese refugio: a base de cemento, hormigón y paciencia. Que toda alternativa era menor, provisional o simplemente para soñadores sin recursos.

Y sin embargo hoy, en plena crisis del modelo tradicional, resurgen con más fuerza que nunca las casas de madera y las viviendas prefabricadas. Y no como refugio bohemio, sino como opción habitacional seria, digna, funcional. Una respuesta sensata al sinsentido inmobiliario que nos rodea.

Entre las empresas que han entendido esta transición no solo como una moda, sino como un cambio de paradigma, está Hobycasa. Su propuesta es clara: construir de otra forma casas prefabricadas, sin renunciar a la calidad, pero sí a las complicaciones.

La madera ya no es lo que creías

Para muchos, una casa de madera sigue siendo algo que se imagina en una película americana o en una zona rural donde no llega el urbanismo. Algo bonito, pero poco práctico. Algo estacional.

Pero lo que propone Hobycasa desarma esa idea con hechos. Ellos diseñan y fabrican viviendas completamente habitables durante todo el año. No cabañas, no refugios temporales. Casas con baño, cocina, habitaciones y aislamiento térmico suficiente para no congelarte en enero ni cocerte en agosto.

La madera que usan es pino nórdico, un tipo de madera que ha crecido lentamente en climas fríos, lo que la hace más densa, estable y resistente. Se trata, además, con productos especiales contra la humedad y los insectos. Y  no hace falta pintarla cada dos semanas ni cruzar los dedos cada vez que llueve.

¿Lo mejor? Las piezas llegan ya preparadas para ensamblarse mediante un sistema de machihembrado. Eso significa que no hay que construir desde cero: se monta. Algunas casas de madera pueden estar listas en cuestión de días.

Prefabricar no es improvisar

Quizá la palabra “prefabricada” sigue generando suspicacia. Como si fuera sinónimo de precario. Pero en realidad es todo lo contrario. Prefabricar es planificar al milímetro. Es construir en taller, bajo condiciones controladas, con materiales bien elegidos y sin improvisaciones. Es justo lo que tantas veces no ocurre en una obra tradicional.

Hobycasa trabaja así. No solo por eficiencia, sino por convicción. Tiene sentido. Las casas se fabrican por partes, se trasladan al terreno y allí se ensamblan. Todo con planos claros, tiempos definidos y mucho menos margen para el caos.

Además, lo que ofrecen no es rígido. Cada modelo de casas de madera se puede personalizar. Desde el grosor de las paredes hasta la distribución de los espacios. Desde el tipo de tejado hasta los aislamientos adicionales. Aquí no se trata de encajar en una plantilla, sino de adaptar la casa a ti.

Y esto no es detalle menor: puedes tener desde una casita de 15 metros cuadrados (para usar como estudio, despacho o pequeño refugio), hasta una casa de más de 100 m² con todo lo necesario para vivir.

¿Y en invierno? ¿Y con calor? ¿Y si quiero enchufar una estufa?

La madera, si se trabaja bien, es uno de los mejores aislantes que existen. Conserva el calor en invierno y regula la temperatura en verano. Además, Hobycasa permite añadir capas extra de aislamiento en suelos, techos y paredes. Se pueden instalar ventanas con doble acristalamiento, sistemas de ventilación natural, y sí, también se pueden preparar para añadir placas solares o estufas de biomasa.

No es solo una casa bonita o práctica: puede ser una casa muy eficiente. Que consuma menos, que dure más, que no dependa tanto de lo que dicten las compañías eléctricas o el precio del gas. Y menos consumo también significa menos gasto.

3 grandes diferencias de las casas prefabricadas 

Si te preguntas cuáles son las principales diferencias de las casas prefabricadas respecto a las convencionales, podemos resumirlas en 3:

  1. Sistema de construcción. La diferencia más importante pues las casas prefabricadas se construyen a partir de piezas y pueden ser desmontadas. Esto también deriva en que son mucho más rápidas de construir y es fácil adaptarlas al espacio disponible.
  2.  Ahorro en costes.  Las casas prefabricadas son mucho más económicas que las tradicionales. Y esto no quiere decir que no sean cómodas o de gran calidad, ni mucho menos. Además, son fáciles de reparar.
  3. Sostenibilidad y duración.  Las casas prefabricadas se construyen con madera sostenible y con materiales reciclables. Así, son tanto ecológicas como duraderas.

En suma, no son casas para cualquiera. Son casas para quien empieza a pensar distinto.  Vivir en una casa prefabricada o de madera no es renunciar a nada esencial. Al contrario, es empezar a preguntarte qué es esencial y qué no. Es dejar de creer que construir debe ser largo, caro y frustrante por definición. Es una forma de vida sostenible y con vistas al futuro. Con estas casas puedes decidir cómo vivir, cuándo mudarte, cuánto gastar y qué impacto dejarFuente: envato.com