Recomendaciones del Ayuntamiento de Bilbao para prevenir intoxicaciones alimentarias en verano

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El Área de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbao recuerda que los meses de verano constituyen una época especialmente crítica para las intoxicaciones alimentarias debido a que las altas temperaturas favorecen el desarrollo de microorganismos por lo que hay tener más cuidado aún con las toxiinfecciones alimentarias.

Tal y como ha recordado la Teniente de Alcalde y Concejala Delegada de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbao, Yolanda Díez, “en esta época hay una mayor tendencia a comer fuera de casa y es más probable que no se mantengan los alimentos a las temperaturas adecuadas, de ahí la necesidad de seguir una serie de precauciones. Hábitos sencillos que si los interiorizamos en nuestra rutina nos evitarán sustos”.

Por ello, desde el Área de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbao se proponen la adopción de las siguientes precauciones que pueden evitar numerosas enfermedades provocadas por una inadecuada manipulación o conservación de los alimentos:

  1. Cocinar correctamente los alimentos de origen animal.

Los alimentos pueden estar contaminados por microorganismos, los cuales pueden ser destruidos por el calor. La temperatura a la que debe someterse el alimento debe ser suficiente para que este alcance un mínimo de 70 °C en el centro del producto, al menos durante 2 minutos. Ejemplos:

Las tortillas deben estar bien cuajadas.
Las hamburguesas deben estar bien hechas (más de 65ºC en su interior).

  1. Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados.

Evita dejar los alimentos cocinados a temperatura ambiente. Es la mejor manera de que no proliferen los gérmenes.

  1. Conservar correctamente los alimentos cocinados.

Los alimentos que no puedan ser consumidos inmediatamente o las sobras que se quieran guardar, deben mantenerse en refrigeración, por debajo de los a 6 °C.
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  1. Calentar suficientemente los alimentos cocinados.

Para conservarlos después de su preparación, puedes mantener caliente hasta su consumo aquellos alimentos que lo permitan (sopas, purés, guisos…).

Otro tipo de alimentos que no puedan ser sometidos a calor (ensaladas, gazpachos, etc.), deben ser refrigerados inmediatamente. Las sobras de comidas deben refrigerarse lo antes posible, no debiendo estar más de 2 horas a temperatura ambiente.

No siempre es posible aprovechar sobras de una comida anterior, pero si decides hacerlo, calienta dichas sobras a la temperatura máxima antes de consumirlo (70 °C durante dos minutos). Si utilizas microondas para cocinar o recalentar los alimentos, sigue las instrucciones del fabricante para elegir el tiempo y potencia adecuados, asegurando que se alcanza la temperatura mencionada anteriormente.

  1. No consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente.

En bares, cafeterías, restaurantes, etc., todos los alimentos perecederos deben estar protegidos por vitrinas y conservados en condiciones sanitarias adecuadas. Deben estar refrigerados siempre que sea preciso.

  1. Prevenir la anisakiasis

Con el fin de prevenir la anisakiasis, si vas a preparar en casa pescado crudo o poco cocinado (preparaciones culinarias como los boquerones en vinagre), hazlo después de haberlo mantenido congelado durante cinco días a una temperatura de -20 °C o inferior. Esta temperatura solo se alcanza en frigoríficos de tres estrellas (***) o más. Si tu frigorífico tiene menos de tres estrellas, compra el pescado ya congelado o mantenlo al menos 2 semanas en congelación.

INTOXICACIONES ALIMENTARIAS

Son aquellas enfermedades que se producen por la ingestión de alimentos con presencia de gérmenes patógenos o sus toxinas. Así, la enfermedad puede tener su origen en la ingestión de bacterias o virus vehiculados en el alimento (infección), o de toxinas producidas por aquellas previamente formadas en el alimento (intoxicación), o por formas parasitarias en fases concretas de su ciclo evolutivo (infestación).

Un aspecto que no hay que olvidar es que la contaminación microbiana, incluso elevada, no tiene por qué manifestarse en el deterioro perceptible del alimento. La apariencia, no basta.