La Diputación Foral de Bizkaia ultima la regeneración de los montes afectados por el incendio de Balmaseda del año pasado

0
Arantza Atutxa y Carlos Uriagereka, en la zona repoblada.

Los trabajos realizados se iniciaron con la tala y la retirada de los árboles que ardieron en el incendio más importante registrado en los últimos 30 años en nuestro territorio y continuaron con la repoblación de los terrenos en los que se encontraban, que culminará en primavera de 2024. En total, cuando concluya este proceso, se habrán plantado 289 hectáreas en el monte Arbaliza y en La Herrera, combinando especies productivas y frondosas autóctonas para conformar una plantación en mosaico. Estos trabajos suponen una inversión de 750.000 euros.

La Diputación Foral de Bizkaia está ultimando los trabajos de regeneración de las masas forestales afectadas por el incendio que se produjo el 23 de octubre del año pasado en Balmaseda, el más importante de los registrados en nuestro territorio en los últimos 30 años y que calcinó 498,5 hectáreas en los  montes públicos de Balmaseda y Zalla (MUP  Arbaliza de la villa encartada y en el MUP Monte de Zalla y Monte Basoaga  en Zalla). Estos trabajos, que se iniciaron tres semanas después de quedar el incendio y se prolongarán hasta la primavera de 2024, permitirán repoblar las áreas que contaban con arbolado en los montes de utilidad pública mencionados, hasta alcanzar un total de 289 hectáreas -el resto de superficie que se incendió se corresponde con zonas en las que a pesar de tener daños los árboles sobrevivieron a las llamas, con áreas de pasto que se regeneran por sí solas, con parcelas de titularidad privada (las menos) o con pistas, caminos y accesos-.

Las labores de regeneración se iniciaron inmediatamente y de manera coordinada con los Ayuntamientos de Balmaseda y Zalla. Se actuó con celeridad para evitar plagas, enfermedades y la depreciación de la madera -las masas quemadas eran plantaciones de los consistorios y fuente de ingresos para estas instituciones, que financian con ellos parte de los servicios que prestan a la ciudadanía-. Se tasaron y midieron los árboles aprovechables para transportarlos a las industrias locales de la madera y los trabajos de tala arrancaron en las superficies ocupadas por las masas jóvenes, porque no era necesario extraer la madera. Estos árboles más jóvenes se cortaron y trituraron para preparar el terreno que ocupaban para una nueva plantación. Posteriormente, se extrajeron los ejemplares de bosques adultos, también con el objetivo de replantar esas zonas.

En otros lugares en los que a pesar de los daños provocados por el fuego el arbolado no iba a morir se han dejado en pie todos los ejemplares que ha sido posible.

«Hoy seguimos avanzando en la regeneración de estos montes. La inmensa mayoría de los árboles que ardieron hace un año se ha sustituido ya o va a sustituirse por otros antes de que acabe la primavera de 2024. Y en una década, aproximadamente, estos montes volverán a verse como antes del incendio. Y entonces, sí, le habremos ganado definitivamente la batalla al incendio más importante que ha sufrido Bizkaia en los últimos treinta años», ha explicado la diputada de Medio Natural y Agricultura, Arantza Atutxa, desde el Monte Arbaliza, donde ha visitado las zonas en las que se están desarrollando los trabajos de repoblación.

Repoblación en mosaico, conjugando especies productivas y frondosas

Una vez retirada toda la madera de las zonas afectadas, se iniciaron los trabajos de repoblación, que se han diseñado siguiendo un patrón en mosaico, combinando las especies productivas y las frondosas autóctonas, para conseguir un monte más resiliente al fuego y conjugar la conservación de estos espacios naturales y el rendimiento económico de estos montes, fundamental para la financiación de los ayuntamientos en los que se localizan.

En estos momentos, se ha repoblado la mayor parte de las 289 hectáreas en las que está previsto actuar. En Balmaseda, el municipio más afectado por el fuego, se repoblaron ya entre el invierno del año pasado y la primavera de éste un total de 102 hectáreas, de las cuales 80,81 se destinaron a coníferas (principalmente pino pinaster) y, el resto, a frondosas. Este otoño se ha iniciado la repoblación del resto de hectáreas (133,26 en total), con un reparto de superficie de 70,9 hectáreas para coníferas y otras 21 hectáreas para frondosas. Entre estas últimas especies se incluyen el roble, la encina, el castaño, el abedul, el haya, el cerezo, el fresno o el aliso.

Además, han concluido ya los trabajos de repoblación en las 54 hectáreas afectadas por el incendio en el MUP Monte de Zalla, en concreto en el paraje El Mazuco, siguiendo este esquema de combinación de especies productivas y frondosas autóctonas.

En conjunto, la regeneración de estas masas forestales supone una inversión de 750.000 euros, parte de la cual se ha sufragado con los ingresos de la venta de la madera extraída como consecuencia de los daños causados por el fuego.

Un incendio inusual por su virulencia

El originado hace un año en Balmaseda fue un incendio inusual porque en él se pudo apreciar un comportamiento de máxima virulencia y gravedad nada comparable al habitual en los incendios que se han producido históricamente en nuestro territorio. Las condiciones meteorológicas, con fuertes rachas de viento, junto con la sequedad de la vegetación propagaron el fuego con una gran intensidad. Se registraron rachas de más de 120 kilómetros por hora en zonas expuestas, lo que generó un incendio forestal con un comportamiento extremo y propagación explosiva fuera de capacidad de extinción en gran parte de su avance.

Los vientos de suroeste predominantes propagaron la cabeza del incendio desde el punto de origen en las proximidades de la carretera que une Balmaseda y Artziniega, junto al límite con Burgos, hacia la villa encartada y Zalla, mientras en cola, también con gran explosividad a pesar de que el viento soplaba en dirección contraria y el avance del fuego se producía en esta zona en dirección descendente, se adentró en territorio burgalés, hacia las localidades de Bortedo y Antuñano.

El operativo de extinción en cifras

El dispositivo de la Diputación Foral de Bizkaia que hizo frente al incendio desde el 23 de octubre y hasta dos días después, cuando se dio por extinguido totalmente, estuvo conformado por efectivos del Servicio de Montes, guardas forestales, operarios de Basalan, y del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento.

A lo largo del domingo, día 23, participaron en el operativo un total de 111 personas: 17 efectivos del Servicio de Montes, 50 operarios de Basalan y 44 efectivos del Servicio de bomberos y bomberas de la Diputación Foral de Bizkaia. Ese primer día operaron con 32 vehículos: 17 camiones de agua, 12 vehículos todoterreno y ligeros, un camión 4×4 forestal, una pick up y un Bulldozer.

El lunes, día 24, participaron en el operativo un total de 103 personas: 14 efectivos del Servicio de Montes, 60 operarios de Basalan y 29 efectivos del Servicio de bomberos y bomberas forales. Ese día contaron con 29 vehículos: 17 camiones de agua, 9 vehículos todoterreno y ligeros, un camión 4×4 forestal, una pick up y un Bulldozer.

El martes 25, día que se dio por extinguido el incendio a las 20:00 horas, el dispositivo estuvo conformado por un equipo humano de 80 personas: 29 efectivos del Servicio de Montes, 31 operarios de Basalan y 20 bomberos y bomberas del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento. Trabajaron con 24 vehículos: 9 camiones de agua, 12 vehículos todoterreno y ligeros, un camión 4×4 forestal, una pick up y un Bulldozer.

El día 26, el dispositivo que se estableció para realizar tareas de vigilancia estuvo compuesto por 36 personas: 13 efectivos del Servicio de Montes, 13 operarios de Basalan y 10 bomberos y bomberas. En cuanto a vehículos, contaron con un total de 9: 4 camiones de agua, 2 vehículos todoterrenos, un camión 4×4 forestal, una pick up y un Bulldozer.

Así mismo desde el día 23 hasta el 26, permaneció instalado junto al campo de fútbol de Balmaseda el Puesto de Mando Avanzado desde el que se organizaron, gestionaron, movilizaron y controlaron los numerosos recursos humanos y materiales movilizados en estos cuatro días.

En estas labores de extinción también participaron en diferentes jornadas efectivos del cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Bilbao y de la Diputación Foral de Araba, además de medios aéreos del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, la Ertzaintza, Protección Civil, Policías locales de Balmaseda y Zalla, DYA, Cruz Roja y Osakidetza.