La Diputación de Bizkaia introduce el control satelital y con drones para vigilar laderas y taludes en las carreteras

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El Departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial ha invertido 9,8 millones de euros en el periodo 2014-2019 en actuaciones dirigidas a prevenir deslizamientos de tierra en 134 taludes de la red foral de carreteras. Según ha informado el diputado foral Imanol Pradales, en esos seis años el Servicio de Conservación ha realizado inspecciones exhaustivas sobre 352 taludes, que suman una longitud de 92 kilómetros. Estas actuaciones, ha destacado, están dirigidas a prevenir deslizamientos de tierra o caídas de taludes que pongan en riesgo la seguridad de las personas usuarias y la circulación en la red foral de carreteras.

Para determinar en qué taludes de la red foral de carreteras actuar, la Diputación realiza un control sistemático de estos elementos, manteniendo constantemente actualizado un inventario de todos los taludes de más de cuatro metros de altura. A día de hoy, este inventario recoge información sobre 1.195 taludes que suman una longitud total de 237 kilómetros. La mayor parte, 578 taludes que suman 138 kilómetros, se corresponde con los ubicados en carreteras de las redes preferente y básica, mientras que 617 taludes (99 kilómetros) corresponden a carreteras comarcales y locales.

El volumen de información inventariada ha aumentado notablemente en los últimos años, ya que en 2014 estaban inventariados 826 taludes con una longitud total de 186 kilómetros, y en el primer semestre de este año se incorporarán al inventario los taludes de aquellas carreteras de la red local por las que circulen más de mil vehículos al día. Este inventario recoge información de cada talud como su geometría, características geológicas, hidrología, inestabilidades observadas o potenciales o presencia de sostenimientos.

Cada seis meses se realizan inspecciones a todos los taludes inventariados, actualizando los datos recogidos y calculando el nivel de riesgo potencial en el que se encuentra cada talud. Cuando el riesgo es medio o alto, se realiza una inspección exhaustiva para determinar la actuación necesaria. El programa de control y seguimiento de taludes cuenta en 2020 con un presupuesto de 299.362 euros.

Control de laderas mediante satélites y drones

Además del control de los taludes, y aunque se encuentra fuera de su competencia, la Diputación también hace seguimiento de las laderas que puedan deslizarse afectando a la red foral de carreteras, representando un riesgo para las personas usuarias y limitando la movilidad. A esta partida el presupuesto del Departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial destina este año 193.600 euros.

En el último año la Diputación ha realizado un estudio para evaluar la propensión del terreno a deslizamientos de ladera, analizando una superficie total de 2.220 kilómetros cuadrados. Resultado de ese análisis, se han localizado 35 áreas de alta susceptibilidad que suman una superficie total de 31,3 kilómetros cuadrados, el 1,4% de la superficie de Bizkaia. La susceptibilidad al deslizamiento es una estimación de las zonas donde hay más probabilidades de que ocurran los deslizamientos, considerando un conjunto de condiciones geoambientales.

Para realizar el control y seguimiento de esas laderas potencialmente inestables, que puedan producir deslizamientos que afecten a la red de carreteras, la diputación ha incorporado el uso de la tecnología satelital. Esta tecnología permite acceder a información sobre zonas de difícil acceso o en las que sería prácticamente inviable realizar estudios sobre el terreno. Las imágenes captadas desde satélites mediante interferometría radar pueden cubrir grandes áreas, y al compararlas, usando técnicas de big data, con imágenes anteriores, se identifica con precisión milimétrica cualquier desplazamiento de los puntos de referencia. De este modo se obtiene un mapa de movimiento muy completo de la zona de estudio.

De forma complementaria a la investigación a partir de imágenes de satélite, la Diputación también incorpora el uso de drones, con los que obtener fotografías y filmaciones aéreas de alta resolución, así como ortofotografías, fotogrametrías y modelizado del terreno en 3D. Con las imágenes multiespectrales se pueden obtener cartografías de diferentes parámetros asociados a la geología, geomorfología, usos de suelos, grado de humedad, presencia de agua o el estado de la vegetación.

Así pues, la utilización de drones en el control de laderas permite obtener información relevante en un periodo de tiempo muy corto y en zonas de difícil acceso. Como principales inconvenientes, los aviones no tripulados son sensibles a las condiciones meteorológicas, y la normativa actual reduce las posibilidades de utilización a las zonas de espacio aéreo no controlado y fuera de los núcleos de población.